El voluntariado: transformación propia y colectiva
Con motivo del Día internacional del voluntariado (5 de diciembre), publicamos un artículo escrito por las personas que forman el Grupo de Voluntariado de La Coordinadora.

“Y, al fin y al cabo, actuar sobre la realidad

y cambiarla, aunque sea un poquito,

Es la única manera de probar

que la realidad es transformable”

Eduardo Galeano

 Raquel Martínez Álvarez tiene 26 años y es voluntaria. Felipe Noya, de 56 años, también es voluntario. Diferentes generaciones, pero mucho en común: un firme compromiso con la construcción de un mundo en el que la dignidad de las personas y sus derechos sean la norma. Raquel es voluntaria en la Tienda Koopera, de Cáritas en Oviedo: “La normalización de la indiferencia hacia las personas más necesitadas ha hecho que el voluntariado sea una parte esencial de mi vida”, afirma. Felipe colabora con Médicos del Mundo y, en su caso, entiende el voluntariado como la defensa del derecho a la salud en países muy diversos; pero también como una pieza importante para fortalecer las capacidades de las personas con quienes colabora.

Tanto Raquel como Felipe tienen claro que hacer un voluntariado supone una transformación colectiva hacia sociedades más justas, solidarias e inclusivas. Tienen claro también que supone una transformación personal. Como decía Galeano, cambiar la realidad, aunque sea un poquito, demuestra que esa realidad puede cambiarse.

El contexto mundial en el que vivimos no es muy luminoso: los populismos y las tensiones sociales aumentan; las democracias vacilan y los derechos retroceden. En ese entorno, es urgente remar hacia un mundo más justo, igualitario, sostenible e inclusivo en el que se garantice la dignidad de todas las personas. En ese camino, es esencial fomentar la participación ciudadana y un voluntariado que sea transformador y capaz de entender que lo que ocurre en nuestros barrios tiene mucho que ver con lo que sucede en otros lugares del planeta. La mirada “local” que suele decirse.

Casi 19.000 personas son voluntarias en las organizaciones de La Coordinadora. 19.000 personas que cada día contribuyen de manera generosa y solidaria a la construcción de esos otros mundos posibles. Personas que, con su convicción, sus ganas, su energía, sus cuidados, su capacidad crítica… son capaces de aportar en la construcción de la justicia global y la protección del medioambiente.

No es un fin, es un medio

Las organizaciones de desarrollo apostamos por un voluntariado transformador, que encauza la participación ciudadana desde la responsabilidad. El voluntariado es un espacio natural de promoción de una ciudadanía activa que aporta espíritu crítico y también diversidad, tanto en las personas comprometidas como en las propuestas que impulsa.

Como bien dicen Felipe y Raquel, el voluntariado supone una transformación personal. Supone una actitud ante la vida, una mirada solidaria hacia el mundo. Es compromiso y participación; un ejercicio de corresponsabilidad en el que cada persona conoce sus derechos y sabe que debe defenderlos; pero también, y este es su gran potencial, conoce los derechos colectivos y los defiende junto a otras personas.

Además, el voluntariado favorece el empoderamiento colectivo y la capacidad de generar cambios de la mano de gente diversa. Actúa desde lo local para cambiar realidades de injusticia que afectan a todo el planeta; promueve la transformación estructural. Y es incluso un estilo de vida que no se queda en una experiencia individual, sino que supone ser un agente para la transformación en un mundo en el que el efecto mariposa es más claro que nunca. Esto hace que no sea un fin, sino un medio con una dimensión política muy potente.

Casi 19.000 personas, como Raquel y Felipe, contribuyen a construir desde nuestros barrios, pueblos y ciudades, entornos más habitables, lugares en los que los derechos de todas las personas sean garantizados. Miles de puntos conectados desde distintos lugares del planeta, un engranaje humano, diverso y comprometido en la construcción de un mundo en el que vivir valga la alegría y no la pena

¿Quieres hacer un voluntariado? Infórmate aquí.



Ante las violencias de género, feminismos globales
• Nos unimos a millones de mujeres que en todo el mundo plantan cara a las violencias machistas. Hacemos un llamado mundial por un planeta en el que las mujeres disfruten plenamente de sus vidas.• Reclamamos políticas que garanticen los derechos de las mujeres y el fin de todas las violencias que atentan contra sus cuerpos, sus derechos y los territorios que habitan.• Nos solidarizamos, especialmente con aquellas que sufren directamente la crueldad de las guerras.